Eduardo Scheffler
Árbol I

El árbol sigue ahí.
Verde e imponente. Vivo.
Sus hojas se agitan con el viento y yo solo lo observo desde la ventana, sabiendo que también estoy vivo. Son días extraños y a veces siento miedo. Del colapso. De la crisis. De mí mismo. Pero cuando veo al árbol moverse, me tranquilizo.
Respiro.
Porque el árbol sigue ahí.
Vivo.