Arcoíris y miradas

La mirada de Elen a veces me recuerda a un arcoíris. No de aquellos que suelen aparecer cuando la luz se refracta, sino que de los que hace meses se forman de manera espontánea en las ventanas de las casas y los edificios en donde habitan los niños. Esos que vienen acompañados de una promesa a la que nos abrazamos a pesar de los días nublados. “Todo estará bien” es el diminuto susurro que imagino en sus labios al llegar cada madrugada al hospital para hacer un trabajo heroico. Porque no solo limpia pisos y superficies queriendo erradicar al maldito virus que nos robó la primavera, sino que también trata de encontrar la manera de alejar de ahí a la soledad, al miedo, a la tristeza y a la impotencia.

Elen reparte sonrisas y arcoíris que, hoy en día, son exactamente lo mismo.

Y como ella, son miles las miradas valientes que se atreven a hacerle frente a la enfermedad, aunque eso implique ponerse en riesgo. Hoy Grazia México y Lationoamérica, la revista para la que trabajo, les rinde homenaje a aquellos que trabajan para curarnos.