Eduardo Scheffler
¿Grito de esperanza?

Ellos saben de resistencia.
De cómo es eso de seguir cuando tu cuerpo y el mundo entero te gritan que te detengas. De levantarte cuando has caído una, y otra, y otra y otra vez. De no darte por vencido, aunque las condiciones sean absolutamente adversas.
Ellos saben que 42 kilómetros y 195 metros se recorren un paso a la vez. A veces con dolor en cada pisada, con dudas que revolotean dentro de tu cráneo, con temores que se materializan como fantasmas en esos músculos exhaustos cuya peor pesadilla es sufrir un desgarro.
También saben de rutinas y repeticiones infinitas. De despertar a las 4:20 de la mañana. Ayer, hoy y también el fin de semana. De saltar, girar, levantar, lanzar y esquivar hasta que el movimiento sea perfecto.
Y después una vez más.
Ellos entienden lo que significa enfrentarse al más duro rival. A observarlo, a estudiarlo, a encontrar sus puntos débiles para después plantarse a desafiarlo, convencidos de que lo vencerán.
Porque se han entrenado.
Ni siquiera en el día más difícil dejaron de creer en que podrían hacerlo.
Su determinación nos inspira, nos conmueve y hoy, mientras el mundo teme al tiempo que lucha en contra de una pandemia, nos llena de esperanza.
El video de @theolympics prometiendo que dentro de un año se celebrarán los Juegos Olímpicos de Tokio es un grito de la humanidad desafiando a la enfermedad. Una especie de juramento a nosotros mismos de que vamos a estar bien.
Verlo te conmueve.
Te hace recordar que como especie, tenemos la fuerza y la determinación para salir adelante.
Como un olimpista, nuestro espíritu sabe de resistencia.