Eduardo Scheffler
Las pequeñas lecciones

Tengo un pequeño gran perro lanudo al que trato de quitarle los enredos de su enmarañado pelaje. Se mueve y se agita. Se defiende pelando los dientes cada de vez en cuando. Se retuerce para librarse del cepillo de alambre y yo batallo como batalla uno con los interminables pendientes, las pesadillas, los proyectos y las preocupaciones.
Hasta que cambio de estrategia: acuesto a mi mascota panza arriba sobre mi regazo y mientras la acaricio, deshago un nudo a la vez. Así deberíamos de ver a este titánico e incierto año que recién empieza: como pequeños nudos que debemos de ir descifrando.
Uno por uno. Un día a la vez. Sin sufrirlo ni anticiparnos.
Tengo un pequeño gran perro lanudo que —sin saberlo— cada de vez en cuando me regala diminutas lecciones.